"Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper."

lunes, 16 de mayo de 2011

Tarde de ocio


Iba a ser una tarde simple 8 horas de vaguear por la Internet escuchar música y comer comida chatarra sin ningún afán verdaderamente valioso. Hasta iba a disfrutar del dolor que me causaría en la vista el observar la brillante pantalla hasta pasadas las 2 de la madrugada y del sueño que me invadiría al día siguiente.
Pero las cosas no siempre suceden como uno quiere, todo empezó por una frase simple pero aterradora, que me dejó helada de una y sin saber que responder, que me impulsó a realizar seguidas llamadas, a morderme las uñas y a temblar mientras escribía. No, no se me había caído el Internet ni tenía algún virus mi computador. Era algo peor, unas malvadas crueles, bellas, serias y a la vez emocionantes cuatro palabras que me hicieron sentir mariposas en el estomago.


Victor - dijo (17:43):
Hola ¿hay alguien ahí?


Quien diría que el computador puede acelerar tus latidos