"Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper."

domingo, 9 de enero de 2011

Día de busqueda de ese mundo perfecto

Ese día quise volverme loca, me puse mi mejor vestido y salí a andar a ese enorme jardín trasero que a esa edad era más un mundo encantado que un grupo de árboles frutales y flores silvestres.

Tomé mi conejo blanco y el libro nuevo que estaba leyendo, en una canasta puse unos sándwiches y un par de zanahorias y le anuncié a mi mamá que me iba. Me enojé por su modo de no tomarme en serio, exigiéndome que llegara a cenar. Salí con mis mejillas infladas del enfado, y la cara colorada. Copito y yo jugamos toda la tarde intentando encontrar una puerta a otro mundo, un mundo donde las madres se preocuparan si sus hijas decidian marcharse, un mundo lleno de dulces, sabores y colores maravillosos, un mundo donde poder ser princesa, y tener a copito como mi primer ministro.

Ya a las 8 de la noche estaba hambrienta y muerta de frío. Me tragué mi orgullo y entré  a cenar, prometiéndome aún así, que mañana regresaría a buscar ese pasadizo a mi mundo ideal.

No hay comentarios: