"Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper."

lunes, 3 de enero de 2011

Clare, la loca y descabellada

Clare era de esas chicas descabelladas que viven en su propio mundo las 24 horas del día. Segundo a segundo, minuto a minuto vivía bebiendo insaciablemente de sus fantasías.


Siempre hacia lo que quería, podía pasarse una hora deshojando una flor, bebiendo limonada simulando que es el vino más fino del mundo y que está sentada junto a muchos reyes y príncipes, o saltando por su patio cantando algo inusual como: “Loca estoy, mucho tal vez , pero de eso nunca me arrepentiré, la lala lala lala ”


Recuerdo una vez en especial, cuando me invitó a pasar la tarde con ella, como hacia todas las tardes donde según ella olía a naftalina en las flores. Había traído su sofá al patio y me invitó a sentarme en él, me pareció raro así que le dije que estaba cómoda de pie. Me miró extrañada pero al final se encogió delicadamente de hombros y se tiró sobre ese mullido mueble.


Yo me la quedé mirando como esperando algo. Al rato hablo:
“Sabes, Anne –le gustaba llamarme Anne pese que ese no era mi nombre- creo que la gente de vez en cuando no acepta lo novedoso, lo que alguien que quiere seguir sus normas hace porque sí… son como animales atrapados…. Recuerda siempre ser como quieres ser”-dio un largo suspiro antes de sonreírme y despedirse de mí para llevarme a la puerta a tropicones. Esa fue la última vez que vi a Clare. Una semana después desapareció de la faz de la tierra.


Años después supe que tenían planeado meterla en un manicomio porque la habían escuchado cantar esa cancioncilla  que llamaba “Alabad a la Reina Mayrelle Allen: loca contrariarada, soberana de las sonrisas”.
Desde entonces no pude olvidarme de lo que me dijo, un día después de un gran debate mental saqué mi sofá favorito a mi patio y me eche en él mientras cantaba cosas sin sentido pero que sacaban el aburrimiento de dentro. Un rato después noté que era agradable pasar el tiempo libre así. Aún así no volví a hacerlo.


Y con todo ello, siempre que noto que nadie me está mirando ni escuchando, cuando estoy completamente sola y a mis anchas me pongo a cantar algunas estrofas sin sentido que escuché por ahí de una chica muy original:

“Ahí va su majestad Reina de este lugar
La Reina Mayrelle Allen muy tranquila va
Con la frente en alto sonriendo sin cesar
Alabad a nuestra reina, vieja, loca y contrariarada
Y aun así sin igual
La Reina Mayrelle Allen muy tranquila va
Luciendo un trajecito va su majestad
Dando pequeños saltitos por el boulevard
La Reina Mayrelle Allen muy tranquila va"

2 comentarios:

Symmetry_soul dijo...

Me gusta como escribes. De hecho me sumo a tus seguidores. Lo que si debo mencionarte es un punto negativo - no va con mal rollo -, el color de la letra en contraste con el fondo hace dificultosa la lectura.

¡¡Un saludo!!

Constance de l´ Rose dijo...

Mmmm... la verdad es que estaba empezando a pensar lo mismo pero confirmaste mis sospechas, gracias, ya cambie en fondo y creo que ahora se lee mejor. Ah, y muchas gracias por ser un seguidor más, no tienes ni la menor idea de la alefría que me dio verte en "Seguidores" y luego leer tu comentario.

Seguiré esforzándome para escribir mejor cada vez

Un besote!!