"Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper."

martes, 25 de enero de 2011

Lo lamento, amiga



Me mordí el labio con tanta fuerzas, para no llorar, que sentí el liquido caliente brotar y caer dentro de mi boca, Percibí el sabor metálico que me advertía que no debía continuar, solo conseguí  lamerme el labio y continuar con la ardua labor de contener las lagrimas de cocodrilo que ansiosas querían mudarse a mis mejillas.

Pero no te daría la satisfacción de verme llorar, sea de rabia, angustia o pena. Y aún así estaba triste: me llenaba de congoja ver en lo que nos habíamos convertido ¡Por un chico, Mage!, ¡Un chico! ¿qué nos pasó?, ¿desde cuando esas niñas que jugaban a ser princesas se obsecionaron con el mismo principe? Pero no solo me sentía triste, sentía rabia, impotencia, odio,si, me oiste bien: te odie con todas mis fuerzas, por esas muchas veces que me escuchaste hablar de él, porque sabias que me gustaba y no digiste nada. Te aprovechaste de mi y eso nunca te lo perdonaré.

Ya no puedo más, siento el pesado manto de agua recorrer mis pomulos. Aún así no tendrás más victorias, agaché la cabeza y me retiré de esa fiesta, no llegue mas lejos del jardín, pero el estar lejos de tu mirada de águila carcomiéndome siempre ayuda.
Los recuerdos regresan como invocados por ti: Te acercas a él, los veo bailar, te veo abrazándolo con fuerzas…te veo… besarlo

Traidora, mala amiga. Tanto que me esmeré en arreglarme, para que tu te lo robaras. Alguien se acerca, le doy la espalda para que no me vean llorar. “Pareces triste”. No era posible, pero si él… “Me permites acompañarte en esta velada”. Asentí en silencio, su brazo rodeo mi cintura, su aliento recorrió mi nuca cuando me atrajo a sí, mis ojos dejaron de derramar lagrimas, mi cuerpo se paralizo.

“Pensé que estarías con Antonia” le dije algo consternada

“¿Por qué estaría con ella, si la chica más linda del baile está llorando desconsoladamente en busca de que alguien la consuele?, Ahora dime ¿Quién fue ese maldito patán que te hiso llorar, para romperle la cara?” 

Mi expresión reflejó alivio, esperanza, amor, felicidad y consternación. Todo a la vez.

“Tu”

Pero su cara fue de mayor sorpresa, la hubieras visto, su seguridad se fue, se sonrojo, se puso tan tenso como yo y trago saliva con fuerza

“Pero no me gusta que se resuelvan las cosas con violencia, se arreglaría todo con un baile”

Me llevo al centro del salón y bailamos por horas. Estabas muerta de celos, pero tu orgullo te impedía retirarte, trataste de llamar nuestra atención, no lo niegues, pero estábamos perdidos el uno y el otro. Cuando el baile ya acababa, él tomo mi cara entre sus manos y depositó un largo y dulce beso en mis labios.
Por el rabillo del ojo pude divisar como salías corriendo muerta de pena, como yo había hecho hace un rato. Pero nadie corrió tras de ti. ¿No es dulce la venganza?, pues para mí no lo fue, cuando me senté a reflexionar lo que habías echo, me sentí mal por ti.
Nunca pude decírtelo porque te marchaste. Pero lo siento amiga, por  no ver que también te gustaba. Un chico no era nada, pude haberlo perdonado si me hubieras dicho,  pero no lo hiciste, y maniobraste en mi contra. Nunca llegué a perdonarte al cien por ciento, pero si me sentí mal por ti. Lo lamento. Ojala pudiera consolarte, pero no puedo ya. Lo lamento, lamento que nuestra amistad se perdiera, no te guardo rencor, hasta hoy en día me esfuerzo en recordarte como esa adorable niña con la que compartía mis tardes de aventura. Pero ya es hora que continuemos nuestras vidas.

Y me aleje con una inmensa  sonrisa pintada en el rostro. Una carga menos, de ahora en adelante.

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