"Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper."

jueves, 17 de febrero de 2011

Andrew

Wii!! Mágica aparición en este capitulo y un misterio tras los árboles ¿qué sucede dentro de Kingheart? El misterio se va desvelando, pero cuando la guerra se cruce entre sus vidas, desearan haber pasado más tiempo juntos.
La luz atormento mis parpados por unos minutos hasta que decidí abrir los ojos con cansancio. La enorme cama en la que me encontraba era tan suave que me hacía sentir en las nubes. Rodé sobre mi misma dándole la espalda a la ventana y descubrí que aún llevaba el uniforme puesto. Sentía la cabeza llena de algodón y estaba viviendo uno de esos momentos en que te despiertas, pero aún estas entre el sueño y la realidad.

-Mmm –me estiré- que raro…no recuerdo haber llegado al dormitorio…

Los recuerdos llegaron de golpe y ahora con el miedo fuera de mi cuerpo y a plena luz del día pensé que ese chico era un aprovechado al acercarse tanto a mí, y lo más seguro era que él hubiera intentado asustarme para consolarme o algo así.

-Malditos hijos de ricos, se creen que pueden hacer todo lo que les plazca porque su papi tiene una billetera tamaño jumbo

Tome con rabia una almohada y la lance contra la pared

-¡¡Pues eso no funciona conmigo!!- me levante de un salto furiosa y fui a cambiarme de ropa.

Me puse un uniforme nuevo peine mis cabellos y salí con aire indiferente, mi mejor escudo para enfrentar a la orbe de petulantes que atacarían el internado esa tarde. Después de un par de minutos y de salir a algunos pasillos equivocados llegué al comedor central.
Ignorando las largas mesas de caoba, las finas curvas de las sillas, las bandejas de plata y otras cosas para el almuerzo que se serviría después a los recién llegados alumnos pase de largo al mostrador de cocineros y pedí un desayuno. Luego de devorar y digo DEVORAR mi desayuno con un hambre que tenía guardada desde ayer, fui directo al exterior. No quería estar para cuando los demás llegaran. Lo más fácil y según algunos hasta cobarde era escapar, o alejarse para que nadie supiera de ella.

El bosque de Kingheart era mágico, los arboles, largos y altos se agrupaban por montones dando el espacio justo para caminar, el musgo crecía de todas partes, se escuchaba el canto de los pájaros, el ir y venir de lo que, espero, sea solo una ardilla, y una luz esmeralda bañaba todo.

<<El lugar perfecto para estar sola>> pensé <<Esperen… ¿eso es un caballo?>>

El sonido de los cascos al galope se escuchaba cada vez más cercano, esta vez no podían estar asustándome para aprovecharse. Supongo que el pánico me apoderó nuevamente, pero la experiencia anterior se encontraba tan cerca que esta vez lo único que hice fue quedarme parada conteniendo la respiración.

Los cascos se escuchaban cada vez más cerca, el jinete venía a mi encuentro, fuera quien fuera. Con ojos de terror observe como un caballo negro venía corriendo hacia mí, cerré los ojos y trate de ignorar los sonidos que siguieron. El miedo hizo que mis piernas franquearan, conté los segundos que pasaron .

<<…22, 23, 24, 25, 26…>>

El silencio llego a mis oídos y abrí los ojos esperando ver algo más o menos divino frente a mí. Y ahí estaba.

Su traje de equitación le hacía verse más musculoso de lo que realmente era, sus orbes azules surcaron mi cuerpo como examinándome, por primera vez en mi vida me sentí halagada por la mirada de aprobación que me lanzo, o más bien de relajo. Montado sobre su purasangre de hermoso pelaje negro, daba la sensación de ser el príncipe encantado que venía a mi rescate. Su cabello rubio iba alborotado por la carrera y su sonrisa deslumbró al mundo. No entendía como, pero había alcanzado a detener el caballo justo a unos centímetros de mí.
Entenderán que no pude evitar quedarme mirándole como una boba mientras bajaba del caballo con prisas y se inclinaba a mi lado respetando las distancias, todo un caballero.

-Discúlpame, no creí que nadie estuviera por aquí tan temprano, ¿te encuentras bien?

Asentí en silencio mientras veía como tomaba mi mano con delicadeza y me ayudaba a levantarme. Para no parecer tan patético como me sentía y guardar algo de orgullo decidí que al menos debía cerrar la boca.

-Permíteme presentarme –me dijo- Mi nombre es Andrew y nuevamente, me disculpo por nuestro violento encuentro.
-M-mi… Mi nombre es Madeleine –dije recuperando mi compostura-
-Madeleine… nunca te había visto por aquí
-Soy nueva
-¿Pues que te parece Madeleine, si te doy un aventón al internado?

Miré al hermoso pura sangre, por primera vez desde el pequeño casi-accidente lo notaba. Era realmente hermoso y de gran elegancia. Me acerqué a él y le acaricie suave y lentamente el hocico.

-¿Cómo se llama? –susurre-
-Nigra –dijo él en susurros también, acercándose hasta situarse a mi lado
-Nigra –repetí viendo como el caballo reaccionaba golpeando el piso con una de sus patas- ….es un honor. Pues bueno –dije dirigiéndome a Andrew-  ¿y que me dices de un paseo por el bosque primero?

Lo vi sonreír feliz con la idea y después de ayudarme a subir y de yo aprovechar la ocasión para rodear su cintura con mis brazos y pegar mi  vientre a su espalda, echamos a andar en trote lento, mientras él me contaba anécdotas sobre el bosque. Debo admitir que olvide por completo quien debía de ser él para estar dentro del internado Kingheart y solo me preocupe de oler el delicado perfume que emitía su camisa.

Era imposible saber que en la oscuridad, unos ojos verdes observaban cada uno de nuestros movimientos.

1 comentario:

Dania Itzel Higareda R. dijo...

Me encantó.... *.*.... porfavor continúa con la historia....:)