"Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper."

jueves, 3 de febrero de 2011

Kingheart



Este es un proyecto literario reciente, si les gusta, lo continuo, si no, lo termino lo más rápido posible, asi de fácil. Espero comentarios de cualquier tipo menos insultos. Besos y abrazos
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Atravesar las puertas de la estación fue duro. No sabía exactamente que iba a encontrar, pero sí que no sería fácil. Mi familia ha asistido al internado Kingheart durante largas generaciones, mi madre asistió, y su madre, mi hermana, todas las mujeres de la familia Knight han asistido a este internado.

Por eso supe desde un principio que no serviría de nada resistirme. Me deje llevar al sastre para que me hicieran cinco uniformes a la medida (¿Por qué cinco? Porque mi familia nunca aceptaría que no tuviera uno por día) Asentí en silencio cuando mi hermana, explicaba que el largo de mi vestido verde musgo debía quedar exacto, para no parecer ñoña con un vestido demasiado largo, ni aparentar querer mostrar mucho con uno muy corto. Recibí mis cinco camisas de algodón, y deje que me midieran de todas las partes posibles para que terminaran quedándome como un guante. Observe con una calma apacible como mi madre elegía el mejor listón blanco para ajustar a mi chaqueta reglamentaria, que era de un verde musgo unos tonos más bajos que el vestido, y combinaba a la perfección. Decidí comprar unas tres pantis blancas para el invierno, ya que, según me dijeron mi madre y hermana, los inviernos en Kingheart eran muy crudos.

Elegí una bolso de cuero café que me llamo la atención, pero ni eso me alegro el día. Por último fuimos al zapatero, que ya tenía dos pares de zapatos de mi talla (mi madre  los había mandado a hacer hace semanas) esperándome, eran de un café muy parecido al de mi bolso, tenia hebillas doradas que hasta parecían resplandecer a cada instante.


Eran las dos de la tarde cuando la sesión de compras termino, y caminábamos con relajo hasta la casa. Pasamos por un mercadillo ambulante en el cual no pude evitar mirar como hipnotizada una cadena de plata, brillaba como la luna y tenía la forma de un corazón con orificio en forma de una fina cerradura, no medía más que la yema de mi dedo índice, pero aún así para mi resaltó entre todo lo demás. Intenté que no se me notara.
Luego de recoger mis maletas y las despedidas obvias, mi hermana, mi padre y yo nos dirigimos al centro a tomar el tren. En el camino me divertí imaginando una manera de escaparme de todo este suplicio, era hermoso verme saltar del auto y perderme por las calles londinenses, pero no era más que eso, una idea boba y sin sentido.

La familia Knight tenía mucho dinero, mi padre era banquero, y uno muy exitoso, pero nunca abusábamos de nuestro dinero, ni lo alardeábamos (conste que el hecho de darme cinco uniformes para el internado era, según mi madre, para que no me entretuviera lavando mi ropa a cada rato). Sería fácil para mis padres encontrarme, y entonces violarían cualquier atisbo de libertad, y quedaría atrapada dentro de las paredes de Kingheart para siempre, si contacto con la humanidad. No pensaba arruinarme tan asi la vida.


Kingheart era un internado para ricachones pretenciosos, de eso que tiene como veinte yates, seis mansiones y sirvientes para cada cosa que se te ocurra. Era un lugar perfecto para que ese tipo de malcriados se presumieran los unos a los otros, yo no quería pertenecer a eso por nada del mundo. Pero estaba obligada a ir en respeto a las tradiciones familiares. Por desgracia. Aún así, yo no iba a portarme como todos ellos, aunque por eso quedara marcada como “bicho raro” o “pobretona”. Tenía identidad, y me abrazaba a esa idea con fuerzas.

Pero no es como que Kingheart fuera un infierno en tierra. Tenía amplios jardines que deseaba explorar, unos profesores de excelencia, por lo que mi hambre por conocer cosas sería satisfecha, cada alumno tenía su habitación privada, con cama  tamaño King, baño con yacusi, armario que era del tamaño de una habitación, cafetería gourmet, piscina olímpica, clases de equitación, la biblioteca de mis sueños y otro gran montón de lujos que me mantendrían entretenida esos diez mese de clases. Además el pueblo Kingheart (si, lo nombraron igual que el internado)  tenía teatro, cine, tiendas de ropa, librerías, discos, pub y un montón de cosas más para satisfacer a los hijos de esos millonarios excéntricos. Era más bien un paraíso para el que tuviera dinero suficiente. Se nos permitía salir los fines de semana hasta las once de la noche (si llegabas tarde eras castigado con tarea o algo asi, pero esto era más bien para que no le pasara nada a ningún estudiante) Los dormitorios de chicas estaban muy separados de los de chicos, tanto que  el edificio de aulas los separaba (una buena medida para que ningún cabron hiciera nada indebido dentro del internado) y los profesores hacían turno para vigilar ambos edificios (de chicos y chicas) tanto de día como de noche.

Estaba pensando en Kingheart cuando mi padre me sacó de la ensoñación. Nos encontrabamos en el terminal de trenes, esperando a que el mio partiera, me abrazó con fuerzas y me dejó una cajita en la mano, mi equipaje ya estaba dentro de mi cabina y el tren estaba por partir.

-Tu madre me dijo que te ha gustado -me dijo sonriente-

Intenté agradecerle pero me puso un dedo sobre los labios y me empujó dentro del tren, llegué a mi cabina justo a tiempo para ver por la ventana como mi hermana y él sacudían su mano enérgicamente. Cuando ya no divisaba la estación, me senté con un suspiro de resignación y abrí la cajita, de la que la cadena del mercado ambulante me deslumbro como saludándome, saque una nota y sostuve la cadena con la otra mano.

Madeleine:
Espero que este regalo te sirva para afrontar lo que viene, recuerda que siempre que la tengas puesta, una parte de ti estará segura en casa
Un beso, tu padre

Sonreí mientras me la colgaba al cuello, y disfrute del resto de mi viaje a Kingheart

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola nena!!!
Me ha gustado mucho éste primer capitulo, espero continúes con escribiendo la historia. Aprovecho para decirte lo lindo que está tu blog. Es probable que pueda ayudarte con lo de la imagen de la historia un poco mas adelante cuando sepa un poco mas de ella.

Si deseas puedes visitar mi blog en el que yo también estoy publicando mi libro http://hipnotizing.blogspot.com/p/libro-miedos.html

Te leo pronto!!
Un beso enorme.
Sandy