"Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper."

martes, 20 de septiembre de 2011

Puede que no sea tan malo


Cuarto capítulo al fin!! ¿Porque tuvo que arruinarlo, porque tuvo que aparecer en ese momento?, aunque puede que no sea tan desagradable, parece que es un caballero, al menos no es un petulante de Kingheart... Bueno, tal vez sea posible sobrevivir en un lugar como este
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No podía parar de reír mientras saltaba abrazada a Andrew cabalgando juntos, pronto saldríamos del bosque.

-¿Estás bien allá atrás? –me preguntó galantemente-

-De maravilla –contesté animada

Como un rayo salimos de la espesura, el viento revoloteaba mis cabellos anaranjados y mi sonrisa podía deslumbrar a cualquiera en ese momento

-Llegamos –anunció bajándose de Nigra y luego ayudándome a bajar tomándome delicadamente de la cintura y alzándome por los aires. Un rubor escapó de mis mejillas, bajo el resplandor del sol se veía aún más guapo

-Noto que ya te hiciste un nuevo amigo, que lastima –dijo una melodiosa voz que ya conocía-
Andrew me bajó rápidamente

-Alexander, ¿conoces tú a Madeleine? –le preguntó este al chico de ojos verdes que nuevamente vestía enteramente de negro

-Por supuesto, podría decirse que ya somos amigos cercanos… Nogaret –dijo casi escupiendo lo último y frunciéndole el ceño

-Ya veo –dijo este también frunciendo el ceño

>>…Siento que sobro aquí…<<

-No te preocupes, yo escoltaré a Mady a sus aposentos-dijo poniendo una mano sobre mi hombro y atrayéndome hacia él- nos miró un minuto pensativo y luego asintió en silencio subiéndose en Nigra, antes de irse me dedicó unas palabras-

-Nos vemos- dijo cabalgando de regreso al establo de Kingheart. Si, tiene un establo

No lo pensé dos veces, me solté con brusquedad y caminé hacia el internado

-Hey, ¿estás enojada preciosa? -dijo interponiéndose en mi camino-

 -Primero, nunca vuelvas a llamarme Mady, segundo, tampoco me digas preciosa y tercero, eres un patán

-Auch! ¿Y puedo saber qué es lo que hice para merecer eso último?

-Te aprovechaste de mí, ¿O ya no lo recuerdas?

-¿Qué? Yo nunca me he aprovechado de ti

-¿Niegas que me acorralaste contra la pared y el piso? , ¿O que intentaste asustarme para poder hacer eso? –dije apartándolo y seguí mi camino. Escuche sus pasos siguiéndome y luego sentí como me tiraba de mí para que me volteara, casi me caigo si es que no me sostiene por los hombros.

-Escúchame un minuto, yo no te asuste, sea lo que sea que escuchaste o viste no fui yo y no intenté aprovecharme, solo quise retenerte para que no salieras corriendo a ciegas por todo el colegio y si te incomodé… -suavizó la voz- si te incomodé, lo lamento –dijo apartándome con delicadeza

No pude evitar sonrojarme, y respirar hondo

-Está bien…. –le ofrecí la mano- hola, mi nombre es Madeleine Knight –dije comenzando de nuevo-
Sus ojos centellearon al escuchar mi nombre

-Saludos, bella Madeleine-dijo tomando mi mano entre la suya y dándome un beso en ella, no un apretón como yo esperaba. Este tipo sí que se pasa- mi nombre es Alexander Payns.
Asentí muda

-¿Me permitiría cumplir mi compromiso, y escoltarla a su cuarto? –dijo sonriendo galantemente, pero eso no iba a funcionar tan fácil

-Puedo ir sola –dije soltándome con suavidad- No es necesario que se sacrifique por mi Mr. Payns

Me retiré con rapidez, a juzgar por la hora que estimaba que era, los estudiantes ya deberían de estar llenando el vestíbulo con sus montones de maletas y su incesante cotilleo, no quería presenciar algo de ese estilo, así que corrí por los pasillos tratando de llegar lo antes posible a mi cuarto y- como ya se me hace costumbre-  choqué contra una chica. Bueno técnicamente con su maleta

-Perdóname- dije levantándola lo antes posible para evitar su chillón y petulante comentario, pero en vez de eso…

-N-no, discúlpeme a mí, creo que estoy ocupando mucho pasillo –dijo señalando sus dos maletas, bastante grandes, pero al fin y al cabo yo había traído cuatro así que no estoy en posición de juzgar

Miré a la chica, tenía cabellos negros y largos, amarrados en unas trenzas ya un poco deshechas, llevaba lentes y su cara también era invadida por pecas –menos que las mías- era delgada y de mi porte y sonreía tímidamente. Me pareció simpática… muy simpática para asistir a Kingheart, pero después de todo mi adorada hermana había cruzado estos pasillos antes que yo, debía de haber más gente como ella ¿no?
Le sonreí

-Mi nombre es Madeleine Knight, ¿buscas habitación?

-Este… es mi primer año… así que estoy algo perdida

-Ni que lo digas, estamos igual, también es mi primer año, pero yo llegué ayer así que, tal vez sirva de ayuda –dije tomando una de sus maletas

-Gracias –dijo ella aliviada y algo más sonriente- a propósito, mi nombre es Emily Saint- Amand, señorita Knight

-No me digas señorita, si debemos de tener la misma edad, dime Mae, así me dice mi hermana mayor
Ella asintió en silencio, la miré, ella, al igual que yo, debe de ser el estereotipo anti-Kingheart. Sencilla y humilde. De seguro que vamos a hacer grandes amigas. Sonreí para mí misma

>>Puede que estar aquí no sea tan malo<< 

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